La Divina Pastora de las Almas y el Beato Diego José de Cádiz regresan al culto público tras su traslado a la Parroquia de San Juan Bautista, un espacio que, de manera provisional, los acogerá en su altar de San Francisco de Asís. Este cambio se produce tras el cierre de la Capilla del Santo Cristo, devolviendo a las veneradas imágenes a un lugar de profunda conexión histórica y espiritual.

La reposición al culto de estas figuras devocionales no es solo un acto logístico; es una oportunidad para renovar la fe y fortalecer los lazos entre la comunidad de fieles. Desde este nuevo emplazamiento, la Divina Pastora y el Beato Diego José continuarán su misión de inspiración y guía, recordándonos que, más allá de los lugares, es la devoción lo que sostiene nuestras tradiciones.

Este momento es también una invitación a revivir la historia, pues la Parroquia de San Juan Bautista fue el primer hogar de la Divina Pastora. Ahora, siglos después, regresa para seguir marcando la vida espiritual de sus fieles, recordándonos la importancia de adaptarse y perseverar en nuestra fe.

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