Es lamentable que existan personas sin escrúpulos que no respetan las creencias ni los espacios de los demás, dedicándose a vandalizar paredes y mobiliario público. Si no compartes una creencia o algo no te gusta, es fundamental saber respetar, un valor que parece haberse perdido en estos tiempos.
Hace unos meses, la fachada de la iglesia conventual de Jesús Nazareno fue restaurada, pero ya muestra señales de deterioro, como las marcas de pies en las paredes. Además, tras la celebración de actos navideños en la plaza, algo completamente legítimo y comprensible, algunos individuos incívicos han actuado de forma irrespetuosa, dañando un lugar tan emblemático como el convento de las monjas agustinas de nuestra ciudad, Chiclana de la Frontera.
Es fundamental fomentar el respeto por los espacios públicos y el patrimonio cultural, porque estos son reflejo de nuestra historia y valores como sociedad.